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Es preciso cultivar la ciudadanía social.

El concepto fue acuñado por Thomas S. Marshall a   y se refiere a que un ciudadano auténtico es aquel que ve protegidos en su comunidad política sus derechos civiles y políticos, pero también los económicos, sociales y culturales. El ciudadano del siglo XXI debe saber que tiene derecho a un trabajo, a una educación, a una asistencia sanitaria, a ayuda en tiempos de especial vulnerabilidad como son la infancia, vejez, enfermedad, desempleo; y también a participar en la vida cultural de su comunidad política. Pero también tiene que saber que no es posible proteger esos derechos en todos los miembros de la comunidad política si él no está también dispuesto a asumir responsabilidades para que así sea. El auténtico ciudadano sabe que es preciso poner medidas para que nadie quede sin la protección de estos derechos, como hacen quienes proponen una renta básica de ciudadanía, un reparto de trabajo, una asistencia sanitaria de calidad, etc. Es decir, quienes trabajan   con las ideas y

Valores, sociedad y cosmopolitismo

Una educación en la ciudadanía cosmopolita requiere atender dimensiones que son las que van componiendo la realidad de un verdadero ciudadano, la capacidad de vivir como tal en un mundo que es a la vez local y global. La ciudadanía civil y política sería la primera de estas dimensiones; y se basa en la idea de que es ciudadano quien tiene la capacidad de ejercer lo que se ha llamado libertadas básicas o también libertades civiles y políticas. Se trata en realidad de la capacidad de formar la propia conciencia y la de expresarse libremente, la de poder asociarse con otros para vivir en sociedad y así poder desarrollar la vida, la conciencia, la conciencia de ser sujetos de derechos, como el de deplazarse libremente por un territorio sin ser detenido por nadie, o el exigir una parte en el conjunto de bienes de la tierra que, son conquistas o bienes sociales. Junto con estos derechos o libertades  civiles, se encuentra también el derecho de participar activamente en las decisiones d

Valores y educación. Fuertes críticas al procedimentalismo.

             El procedimentalismo recibió fuertes críticas, no solo desde el exterior, sino también desde el interior de su propia propuesta. Por muy respetuosos que puedan parecer los procedimientos con el pluralismo de concepciones de vida buena, por muy lejanos que quieran estar de los valores porque es ese un mundo escurridizo, sucede que a las gentes no les mueven los procedimientos, por muy racionales que parezcan. Nadie hace una revolución por un procedimiento. Las personas se ponen en movimiento por el deseo de encarnar un valor o de alcanzar un bien, y los procedimientos son un camino, interesan únicamente porque permiten descubrir donde radica lo justo, siendo la justicia un valor, un dinamismo, por tanto, para despertar las conductas. Importaba, pues, poner de nuevo a la luz del mundo de los valores, pero no yuxtaponiéndolos, como si de un agregado se tratara, sino desde un hilo conductor que permitiera discernir cuales deben transmitirse universalmente. Surgi

Valores. Siglos después las propuestas de Kant siguen siendo válidas

Tres siglos más tarde no puede tener, la propuesta didáctica que hizo Kant, mayor actualidad y es la que, a fin de cuentas, se encuentra en la raíz de los programas de Educación en valores, con tal transcendencia, que no solo es applicable en los centros escolares, sino también en los hospitales, las empresas, los medios de comunicación, la Administración Pública y actividad política. Sin embargo uno de los problemas centrales a la hora de educar en valores es el de encontrar un hilo conductor que nos permita dilucidar en qué valores es importantes educar. Durante algún tiempo los pedagogos recurrieron a lo que se llamó la clasificación de valores, que consistía en ayudar a los niños a entender bien los valores que habían aprendido en sus hogares o con sus amigos y que habían incorporado sin ningún discernimiento, confiando en que al comprender su verdadero significado y consecuencias, el niño rechazaría lo rechazable y aceptaría lo deseable. Sin embargo la clasificación de

Los valores son...

Los VALORES son lo que lleva al ser a defenderse y reconocerse como entidad digna, teniendo en el conocimiento de que un valor moral necesariamente debe conducir a un bien moral. Los valores morales perfeccionan al ser mientras que los ANTIVALORES lo degradan. Los valores perfeccionan al hombre en su ser, en su razón, en su voluntad , en su libertad . El ser puede carecer de cultura, puede carecer de cosas, puede carecer de salud, etc., pero todo eso no lo menosprecian como persona, sin embargo la orientación negativa de su energía, viviendo en la mentira, en el fraude, en la violencia, hacen al individuo deshonesto y lo degradan como ser. Trabajar para corregir antivalores es trabajar por la justicia que determine la perfección del ser. Trabajar sobre ética y valores ayuda a tener una visión más amplia de la vida, del comportamiento de los demás y de lo que pasa en nuestro entorno a diario; así como de las formas en que nos relacionamos con los demás. Primeramente hab

La palabra es energía vital

  No hay que ser excesivamente razonables porque siempre justificaremos nuestra tristeza, mal humor, preocupación, desánimo, estrés. Cuando nos basamos en cómo queremos vivir, prescindiendo por ejemplo de la tristeza, aparece otra línea de pensamiento en donde es más importante el qué y el por qué, que el cómo. De esta forma, lo que el corazón quiere sentir, la mente termina mostrándoselo. Cuando el cerebro da significado a algo, lo vivimos como realidad absoluta. Pero no estamos siendo conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad. La palabra es energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones, como quienes decidieron hablarse a sí mismos de forma más positiva, consiguieron remodelar su estructura cerebral, los circuitos que generaban ciertas patologías. Podemos cambiar el cerebro con buenas palabras. Ya Ramón y Cajal, premio Nobel en 1906 dijo que todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro. Según lo cua

Lo que el corazón quiere la mente lo muestra

Lo que el corazón quiere la mente lo muestra . Si empezaron diciéndolo los iluminados y los sabios, también ahora lo dice la ciencia. Son nuestros pensamientos los que, en gran medida, crean nuestro mundo. Mario Alonso Puig, médico especialista en cirugía general y aparato digestivo; miembro de la Harvard University Medical School de la Academia Neoyorkina de las Ciencias y de la Asociación Americana para el avance de las Ciencias, da algunas claves al respecto. Una de sus máximas es ser firme con las conductas y amable con las personas.  La confianza, el entusiasmo y la ilusión favorecen las capacidades funcionales superiores del cerebro. Es en la zona prefrontal del cerebro donde tienen lugar los pensamientos más avanzados que originan nuestro futuro, en esa zona es donde se valoran alternativas y se estudian estrategias para la resolución de problemas y toma de decisiones. Esta zona está fuertemente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Es así co