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Mostrando las entradas etiquetadas como Filosofía

ATREVETE A SOÑAR

Sobre la capacidad infinita de la gente para hacerse infeliz

Sería importante poder descubrir las razones que explican la capacidad infinita de la gente para hacerse infeliz; y habría que preguntarse si esta infelicidad algo que ver con el inconsciente. Al respecto dice Punset: A ver si resulta que al no estar determinado necesariamente por los genes ni los conocimientos adquiridos, soy más libre que el resto de los animales; tengo que empezar desde cero –al contrario del pollito, que sale disparado picoteando al nacer-, y, claro me equivoco muchas veces. Soy más infeliz porque soy más libre. Ésa es la tesis del neurólogo Pierre Magistretti, profesor de la Universidad de Lausana (Suiza), frente a la mía, que sostiene que la infelicidad es el resultado del poder devastador de las convicciones propias, que alteran los esquemas de percepción de la realidad. Muchos observadores podrían optar por profundizar en el conocimiento de una cosa o una persona determinada, pero sus convicciones le prohíben cruzar esta barrera. La litu

La palabra es energía vital

  No hay que ser excesivamente razonables porque siempre justificaremos nuestra tristeza, mal humor, preocupación, desánimo, estrés. Cuando nos basamos en cómo queremos vivir, prescindiendo por ejemplo de la tristeza, aparece otra línea de pensamiento en donde es más importante el qué y el por qué, que el cómo. De esta forma, lo que el corazón quiere sentir, la mente termina mostrándoselo. Cuando el cerebro da significado a algo, lo vivimos como realidad absoluta. Pero no estamos siendo conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad. La palabra es energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones, como quienes decidieron hablarse a sí mismos de forma más positiva, consiguieron remodelar su estructura cerebral, los circuitos que generaban ciertas patologías. Podemos cambiar el cerebro con buenas palabras. Ya Ramón y Cajal, premio Nobel en 1906 dijo que todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro. Según lo cua