Fueron varias las cosas a la vez, como cuidar los embriones, no arrastrarse por el suelo, el amor y, sobre todo, aprender a cocinar. Una a una se han derrumbado todas las diferencias que, supuestamente, nos distinguían del resto de los animales. Se acabaron los tiempos en los que se elegía un solo elemento para definir la vida humana y diferenciarla del resto del mundo animal: la capacidad de fabricar herramientas; el lenguaje, el don del simbolismo y de abstracción, la conciencia que aflora cuando uno se reconoce en el espejo o la habilidad de cocinar. Tales constituyen algunas de las capacidades que se esgrimieron, sin éxito, sucesiva y aisladamente. Eduardo Punset (2010): El viaje al poder de la mente, pg. 247. Daily Special! 3/25/2012: Polk Audio 2-Way Outdoor Speakers Now $138! March Exclusive Offer: 15% off $100 with code MARCH15