Dice Punset en El Viaje al poder de la mente, 2010: … Pero el debate entre los partidarios del entorno como modelador de la conducta y los convencidos de que el factor decisivo eran los genes siguió dominando el mundo de la biología y de la genética hasta fines del siglo XX. Si estabas aquejado de una enfermedad mental seria, te ibas al médico, al psiquiatra o al neurólogo, y te atiborraban de medicamentos. Además, en este caso, te recetaban fármacos sospechosos de todos los males –como explica de manera fascinante Samuel H. Barondes, profesor de Neurobiología y Psiquiatría de la Universidad de Califormia, en San Francisco-. Si la ansiedad, la fobia o la depresión no desbordan los límites de la conciencia física, te mandaban al psicólogo o bien al psicoanalista. Si tenías –como ocurre con algunos amigos míos- el presentimiento de que los reduccionistas tenían razón; es decir, que la conducta era el resultado de las leyes universales que rigen los procesos cerebrales, te iba