
Valores. Interculturalidad
La sociedades están formadas por entidades que van ganando su identidad desde distintos puntos de vistas o bagajes culturales, en una diversidad de culturas, tanto a nivel local como global.
Se necesita crear, construir, una interculturalidad ciudadana, en una sociedad que esté basada en el diálogo entre las distintas culturas, amalgamar en vez de hacer un mosaico. Esto es importante, por eso no quiere decir que los distintos grupos pierdan su identidad. Solo de esta forma puede aprovecharse todo lo que pueda suponer la riqueza intercultural.
El interculturalismo va a impedir que una sola cultura se imponga al resto, pero cada cual debe ser respetuoso, sobre todo si entra en un país distinto ddel suyo natural. Esto exige un diálogo social poner de acuerdo las distintas cosmovisiones sociales.
Es aquello que se puso tan de moda en los años 60-70 del siglo XX, ser ciudadano del mundo.
Saberse ciudadano del mundo es importante porque así se aúnan criterios y se es capaz de reclamar la solidaridad universal.
Todos somos uno, estamos aquí para darnos la mano, no para ponernos el pie.
La ciudadanía es el producto del ser que quiere vivir en comunidad civilizada, es la relación entre un individuo y la comunidad; y, en virtud de esto, el sujeto se entiende como de pleno derecho, se siente miembro de la comunidad, se compromete con ella y a la sociedad se debe igualmente. Se establece así un compromiso, una lealtad social.
La condición de ciudadano y su reconocimiento como tal, oficializa la integración del sujeto en la comunidad, primero es la familia, nuclear, la in extenso, el grupo, la sociedad, la comunidad política, llegando así a constituirse la identidad del Estado nacional de derecho.
La política es un vehículo, un elemento de identificación social y que a su vez conforma su identidad.
Cuando un sujeto se indentifica con un grupo descubre los rasgos que tiene comunes con los demás del grupo, las semejanzas con los miembros de la colectividad lo hacen integrarse en ella, sentirse parte de ella y, por tanto, luchar por ella, en beneficio de la sociedad. Pero de igual manera que se identifica con un grupo, se sabrá distinto de los integrantes de otros grupos, sobre todo con los extranjeros. Habría entonces que entender la ciudadanía como la aproximación de los sujetos a los semejantes y la separación de estos con respecto a los diferentes.Uno es ciudadano de su ciudad y foráneo en otra distinta.
Las corrientes universalistas exigen o persiguen la ciudadanía cosmopolita, trascendiendo marcos tanto nacionales como internacionales, esto se identifica con las uniones entre los distintos Estados nacionales, es el caso de la UE.
Decía Kant que el destino de la humanidad es formar una ciudadanía cosmopolita, lo que sería posible en lo que fuera una república ética universal.
Educar en valores es conseguir que la persona sea autónoma y también que tome sus decisiones propias, que coja las riendas de su vida, que debe estar en sus manos, no sometida a otros; que sea responsable de sí mismo. Es preciso formar a los ciudadanos en la participación y en la acción ciudadana, todo es política, quien se desentiende de la política en realidad está renegando de hacer un mundo mejor, hay que procurar educar a un ser social para y de la paz y en el respeto de los pueblos.
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